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Profesionistas en Criminología La ciencia de la Prevención

viernes, 4 de noviembre de 2016

MAPAS



EL PROCESO DE ETIQUETADO Y DESVIACIÓN

Concklin (1995) ha esquematizado la teoría del etiquetado. La perspectiva del etiquetado propone que una vez que se produce la desviación primaria es decir, una infracción de la norma) el individuo puede ser catalogado como desviado o delincuente. El etiquetamiento puede, según la teoría, influir sobre el individuo reforzando su propio auto-concepto como desviado y facilitándole nuevas oportunidades para el delito al incorporarle a contextos subculturales 8como sucede, por ejemplo, cuando se produce su ingreso en un centro de justicia juvenil o en una prisión). Dentro de la subcultura delictiva el individuo puede cambiar su auto-concepto a través de dos mecanismos. Por una parte, mediante un proceso de asociación diferencial con otros sujetos en sus mismas circunstancias. Por otra parte, mediante la interiorización de la etiqueta de desviado o delincuente que le asigna la sociedad cuando le detiene, procesa y condena. En ambos casos se hace relevante el interaccionismo simbólico (es decir, la adscripción, mediante los símbolos verbales y de acción, de los ritos del etiquetamiento por el sistema de justicia que destacara George H Mead en sus estudios antropológicos (Mead, 1934). Mediante todos estos mecanismos (cambio del auto-concepto, nuevas oportunidades y marginación sub-cultural) el proceso de etiquetamiento puede incrementar el problema, produciendo nuevos episodios de desviación secundaria.

ANTECEDENTES

Esta categoría social criminològica es también denominada “teoría del control social” y se centra en los procesos de criminalizaciòn. Es una conexión sistemática entre distintos símbolos institucionales que conllevan con una teoría de la rotulación o etiquetamiento, puesto que el hombre en su conducta cotidiana está construyendo y destruyendo los significados. Los antecedentes de esta teoría se encuentran en dos tendencias de la sociología norteamericana:


El interaccionismo simbólico (1934), que se inspirara en las investigaciones de George Mead, que consideraba que la realidad social estaba constituida por infinidad de interacciones concretas entre individuos a quienes un proceso de tipificación confería un significado; y por la etnometodologìa, que se inicia a partir de Garfinkel en 1967, con los aportes de Schutz en 1962, basándose en la sociología fenomenológica, vinculándose con la teoría de la rotulación.
La etnometodologìa considera que los significados de los comportamientos son construidos y reconstruidos por el hombre común y corriente, a medida que desempeña las actividades de su vida cotidiana.(Perez, 1999)
Los fundamentos teóricos más importantes del interaccionismo simbòlico son los siguientes:

- La alienación del sentido de la comunicación cotidiana, contraria a la búsqueda de identidad y del importante papel que juega en la sociedad la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro).

- La realidad social se explica a través de las interacciones de los individuos y grupos sociales. Para interpretar la actuación de los grupos e individuos no es suficiente estudiar su comportamiento visible, sino también es relevante considerar su conciencia y sus pensamientos como parte de sus actuaciones. Howard Becker, es considerado el sistematizador y representante de la teoría del labelling approach (1963) o del etiquetamiento; señaló que la desviación no es una cualidad del acto que realiza el sujeto, sino es consecuencia de la aplicación de registros y sanciones estipulados por los grupos sociales; en otros términos, expuso que el comportamiento desviado viene a ser la sociedad rotulada como tal.

La teoría del etiquetamiento (o “labeling approach”), en síntesis, nace en Estados Unidos a mediados de los años 60', casi como una réplica al excesivo empirismo de las teorías criminológicas de la época, preocupadas casi exclusivamente por dar respuestas a los estados acerca de las causas que originan el delito, las formas para mantener y reproducir el orden y el logro de las mejores estrategias para la prevención de las conductas desviadas. Como lo explica Lamnek, el labeling approach demuestra también que la importancia práctica de los criterios biológicos subsiste por su aplicación estigmatizante en el comportamiento social, siendo esperable en la esfera de las prácticas cotidianas, incluso en el futuro, repercusiones de los enfoques biológico antropológicos, en buena medida retomados por el nuevo realismo de derecha anglosajón a partir de los años 80’.

Sus representantes más conocidos son Lemert y Howard Becker: aunque algunos sostienen que debería reconocerse a Frank Tenenbaum la condición de precursor de esta perspectiva, a partir de su formulación: “The young delinquent becomes bad, because he in defined as bad” y a Lemert como un refundador de la escuela. Si bien la teoría crece un contexto histórico particular, que incluye la guerra de Vietnam, las consecuentes movilizaciones populares contra esa invasión armada, contra la segregación racial, contra la discriminación de las mujeres y a favor del aborto, su impronta novedosa la produce, sin duda, el corrimiento de la pregunta acerca de las causas de la delincuencia hacia la indagación respecto de los procesos de definición del delincuente.

Surge, además, en medio de una nueva concepción de la vida, más libertaria, menos materialista, no tan consumista como la que proponía el capitalismo welfarista, al punto de que se pone en crisis la idea misma del sueño americano y del “american way of life”.

El cambio de paradigma implica, fundamentalmente, una evolución de los abordajes causales hacia la auscultación de las percepciones y los sistemas de creencias sociales mediante los cuales se define una conducta como desviada y se reacciona frente a ella, con un conjunto de lógicas, discursos y prácticas que “etiquetan” a la persona que ha incurrido en las mismas. Como dicen Larrauri-Cid, citando a Lemert, se produce un viraje respecto de la antigua idea que concebía al control social como una respuesta a la desviación, que concibe ahora a la desviación como una respuesta a las formas de control y reacción social.

La teoría cuestiona, en primer lugar, el proceso de definición del delito. Se pone en jaque la idea de que las normas penales sancionan las conductas socialmente más reprochables, argumentando que, en realidad, esas normas responden a los intereses de grupos sociales poderosos, muchas veces sintetizados en empresarios morales, con aptitud para decidir e influir en lo que legalmente está prohibido y lo que está permitido. Lo que acontece es, primeramente, un “proceso de calificación”, en un contexto de interacción en el que los hombres le atribuyen a otro la condición desviada. Si una persona incumple estos mandatos normativos grupales, seguramente, será considerada desviada desde la visión de esos grupos. Sin embargo, a la inversa, “Desde el punto de vista del individuo que es etiquetado como desviado, pueden ser outsiders aquellas personas que elaboraron las reglas, de cuya violación fue encontrado culpable”.

Luego sobreviene una instancia de aplicación de las normas, mediante la cual son definidos como desviados los contraventores de las mismas.

Esta relativización de la ontología del delito, a su vez, es necesariamente ributaria del interaccionsimo simbólico, ya que no puede comprenderse el crimen sino a través de la reacción social, del proceso social de definición y selección de ciertas personas y conductas etiquetadas como criminales. Delito y reacción social son términos interdependientes e inseparables.

En la visión de Howard Becker, la teoría del etiquetamiento puede ser presentada con arreglo a estas características:

1) Ningún modo de comportamiento contiene en sí la cualidad de desviado; antes bien, los mismos modos de comportamiento pueden ser tanto conformistas como desviados, lo que se demuestra con facilidad interculturalmente como también intracultural e históricamente.

2) Por la fijación de normas, a determinados modos de comportamiento se les atribuye el predicado e desviado o violador de las reglas. Por lo tanto, los que establecen las normas son los que definen el comportamiento desviado.

3) Estas definiciones del comportamiento desviado sólo influyen sobre el comportamiento cuando las mismas son aplicadas. Las normas implícitas o explícitas son realizadas en interacciones.

4) la aplicación de la norma como forma de etiquetamiento del comportamiento desviado es realizada selectivamente, esto es, los mismos modos de comportamiento son definidos diferencialmente según las situaciones y personas específicas.

5) Aquellos criterios que determinan la selección pueden ser subsumidos bajo el facto poder. El poder puede ser concebido, operacionalmente, como la pertenencia a un estrato.

6) la rotulación como desviado pone en movimiento, bajo condiciones que deben ser aún más especificadas los mecanismos de la self-fulfilling prophecy que permite esperar modos de comportamiento ulteriores que están definidos como desviados, o bien que serán definidos como tales. Por una decisiva reducción de las posibilidades de acción conformista por expectativas de comportamiento no conformista se inician las carreras desviadas”.

En términos de política criminal, la teoría del etiquetamiento supone una crítica de las instancias punitivas del estado, basada en que éste, a través de sus instancias de criminalización (primarias y secundarias) favorece la identidad del delincuente, visibilizándolo como tal y estigmatizándolo de tal manera que la persona termina asumiéndose como tal, como portador de un nuevo rol desvalorado que lo obliga a iniciar procesos de socialización en grupos vinculados a comportamientos desviados, lo que no hace más que favorecer su inserción en la “carrera delictiva”.

Por lo tanto, desde el labeling se proponen estrategias basadas no tanto en la recurrencia al sistema penal cuanto en medidas de descriminalización, vinculadas a la reparación o restauración de los daños causados por el ofensor, evitando el proceso de estigmatización que, de manera irreversible, ocasiona el sistema penal a través de sus normas, sus símbolos, sus prácticas y sus gramáticas cotidianas.

ALONSO PÈREZ, Francisco: “Introducción a la Criminología”. Reus. Madrid, 1999. Págs. 114-119.

jueves, 3 de noviembre de 2016

La imposición de las reglas, según Becker 

Es una cuestión de poder político y económico. Los grupos que imponen las reglas son aquellos beneficiados por su posición, con armas y poder. La existencia de una regla no es garantía automática de que vaya a ser impuesta. Es la actitud de la audiencia social (que es lo que da origen a la denominación de criminología de la reacción social) lo que determina el señalamiento o etiquetamiento de aquel a quien la reacción social selecciona.
Los grupos de presión han promulgado leyes en la historia de los Estados. Ejemplo: La ley sobre psicópatas sexuales en Estados Unidos, fue presionada por grupos psiquiatras.


Los postulados de Becker son los siguientes:

- La gente que la sociedad cataloga como desviada no conforman una categoría homogénea de personas. Se opone a la afirmación de la Criminología positivista: “quienes transgreden la norma forman una categoría homogénea, por haber realizado el mismo hecho desviado”.
- No puede darse como enteramente cierto que esa gente realmente cometió un acto de esa naturaleza, pues los procesos de señalamiento no son infalibles (seguros, ciertos, verdaderos, firmes)
- El grupo que la sociedad ha clasificado como desviados contiene a todas las personas que han transgredido una regla.
- Lo único que este grupo de personas comparten entre sí, es decir, les es común, es la clasificación que la sociedad les ha dado: “extraños” (outsiders) y la etiqueta correspondiente.
- La desviación es una transgresión que tiene lugar entre el grupo social y la persona que es catalogada por ese grupo como transgresor.

- Extraños también son los del grupo mayoritario en relación a quien ha sido etiquetado.

Becker indica que la desviación es producida por la sociedad, al crear las reglas cuya infracción constituye tal desviación, al aplicar dichas reglas a personas particulares y al denominarlas ´extraños´.
La desviación no es una cualidad del acto que la persona realiza, sino más bien una consecuencia de que otros apliquen reglas y sanciones a dicho transgresor.
Según Becker, la desviación depende de las siguientes situaciones:
- El grado en que la sociedad reacciona frente a un acto desviado, que puede ser de reacción fuerte o con indulgencia.
- El grado en que un acto será considerado como desviado dependerá a su vez de quiénes han cometido el hecho y de quiénes hayan sido las víctimas, su estatus. La clase socioeconómica de la persona es determinante en el avance del proceso penal. Ejemplo: los negros son castigados con mayor probabilidad que los blancos, en países con problemas raciales.
- Varía el punto de vista de acuerdo a la persona que lo mire. Ejemplo: para un delincuente la lucha por su territorio es correcta, mientras que para el común de la sociedad no lo es.

ETIQUETAMIENTO SEGÚN HOWARD BECKER




Los grupos sociales crean la desviación estableciendo reglas cuya infracción constituye una desviación, y aplicando estas reglas a personas particulares, que etiquetan como outsiders La desviación no es una cualidad de la acción cometida sino la consecuencia de la aplicación por parte de otros de reglas y sanciones. El desviado es alguien al que la etiqueta le ha sido puesta con éxito; el comportamiento desviado es el comportamiento etiquetado así por la gente.

Howard Becker




Nacido en Chicago en 1928, Howard Becker, el mayor referente de la teoría del etiquetamiento, estudió sociología en la Universidad de su ciudad natal, un bastión de la sociología funcionalista americana, donde se doctoró en 1951. Se formó en medio del auge de las tesis criminológicas explicativas de la Escuela de Chicago, al influjo de investigadores tales como Robert Park o Herbert Blumer .


Fue profesor de sociología en las universidades de Northwestern, Washington y California y Doctor 'honoris causa' de la Universidad París 8. Partícipó del creciente vigor que hacia los años setenta adquirió el interaccionismo simbólico, cuyas raíces aparecen en el pensamiento de Mead y Lemert, en lo que concierne a la explicación de los hechos delictivos. Es autor de muchas obras, entre las que es dable destacar, Outsiders: Studies in the Sociology of Deviance (1963), en la que desarrolla su teoría sobre la reacción social y la conducta desviada, también conocida como la labeling theory, que refiere los efectos de la reacción social en la creación del delincuente (el “etiquetado”).


La teoría de Becker se desarrolló durante un período dinámico, donde surgieron innumerables expresiones y agregados que cuestionaron el poder político en todo el mundo, y que fueron particularmente influyentes en el ámbito académico. Los movimientos de liberación nacional, el nacimiento de los países del Tercer Mundo, las luchas por la igualdad racial, por los derechos de las mujeres, iban construyendo durante las décadas del 60´y 70´un escenario original sin precedentes.

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